Las emociones y el sufrimiento
Las emociones pueden llegar a ser uno de los sentimientos que más pueden influir en nuestra vida, por este motivo es bueno que sepamos reconocer cuando nos están influyendo en nuestra forma de actuar y razonar.
Me voy a centrar en dos emociones, la culpabilidad y la preocupación.
- Culpabilidad de algo que sucedió en el pasado
- Preocupación de algo que puede suceder en el futuro.
La culpabilidad, quiere decir que despilfarras los momentos presentes al estar inmovilizado por un comportamiento del pasado, mientras que la preocupación te mantiene inmovilizado por algo que está en el futuro y a menudo es algo sobre lo que no se tiene control.
La importancia de vivir el ahora
No es la experiencia del día de hoy lo que vuelve locos a los hombres. Es el remordimiento por algo que sucedió ayer, y el miedo a lo que nos puede traer el mañana.
No hay culpabilidad por grande que sea que pueda resolver un solo problema.
La culpa o la preocupación influyen en nuestra forma de comportarnos con nuestra familia, nuestros maridos – mujeres, nuestros hijos y hermanos, nuestros amigos, compañeros etc.… si esta emoción no se resuelve, al final nos damos cuenta que un pequeño problema lo hemos convertido en algo muy complicado de solucionar. Puede haber influido en nosotros de tal forma que hasta hayamos desarrollado enfermedades, adiciones etc.
Las emociones nos producen dolor y desgraciadamente la mayor parte de las veces también sufrimiento. Dolor por la pérdida de un ser querido, de un trabajo, de un enfrentamiento con una persona etc. Estas pérdidas y enfrentamientos afloran nuestros sentimientos de culpa por lo que pasó o preocupación por el futuro, y en un porcentaje alto de los casos aflora el sufrimiento y la depresión.
El dolor
La preocupación y culpabilidad, al final lo que nos producen es dolor.
El dolor es inevitable porque es parte de la condición humana, mientras que el sufrimiento es una creación de la mente dualista.
Evitando el sufrimiento
Muchas veces con el simple compartir se solucionan los sufrimientos. Sólo hay que dejarse ayudar.
Las Practicas contemplativas (la oración, la meditación, mindfulness etc.) potencian la capacidad de ver con mayor claridad y de amar con mayor entrega y generosidad. Esto nos ayuda a conectar con nuestra verdadera esencia, nuestro Ser.
Nuestra verdadera esencia es que somos parte de un todo.
Lo explico con el ejemplo de las olas, en cuanto piense que soy una ola, que nace, se desarrolla y muere en la orilla de la playa, empezaré a compararme con otras olas y fijarme en si soy más grande e importante o más pequeña o insignificante que las demás, pero si me doy cuenta que lo que en esencia soy agua de mar, me doy cuenta de que la forma muere y desaparece, la esencia permanece. (la ola nace y la ola muere, pero el agua que es vida permanece)
La muerte
Lo opuesto de la muerte no es la vida, sino el nacimiento. La vida existe antes y después de que pasemos por este mundo. Para comprender esto al cristiano nos ayuda la fe.
En el hecho de identificarnos completamente con nuestra forma y no con nuestra esencia, está la raíz de todos los problemas y el origen del sufrimiento, a esto es lo que denominamos Ego.
El Ego es la creencia de que estamos separados del universo y de nuestra propia vida.
Esto es lo que perturba la mente, haciendo que la percepción del mundo esté llena de ansiedad, de desconfianza y de miedo.
Esta “ceguera mental” lo que implica es que no buscamos la seguridad en el único sitio que la podemos buscar, y que es en el Ser. Nuestro Ser es lo que nos define, es nuestra auténtica esencia, nuestra verdadera naturaleza. Esa ceguera mental implica que busquemos la seguridad en las cosas materiales que nos dan sensación de estabilidad, estamos obsesionados con buscar la permanencia, evitar el envejecimiento y acabar con la muerte.
La felicidad, el verdadero Gozo, viene del Ser no del tener. Tener cosas, poder y estatus puede ayudarnos a llevar una vida más cómoda, pero lo que no puede darnos es una vida más feliz.
La felicidad es el resultado de conectar con eso que somos y descubrir que nuestra esencia no es material sino espiritual, y que por consiguiente es también inmortal.
La vida
No sólo tenemos vida, sino que, también somos vida y esto es lo esencial.
Cuanto daño tenemos que padecer por ver sólo la forma de ola que nos separa y no la esencia de agua que nos une, que precio más alto pagamos por tanta ignorancia y que preciso, importante y urgente se hace el despertar
No cabe duda de que cuando despertemos habremos encontrado la “piedra preciosa” de la que nos habla Jesús de Nazaret. Por eso cuando lo encontremos venderemos todo lo que tenemos, porque su precio es insignificante frente al valor de semejante “perla”.
Tal vez el amor tenga mucho que ver con descubrirse en el otro. Si me descubro, si me veo en el otro ¿Por qué iba a tener miedo y porque me iba a sentir asustado?
Beneficios de las prácticas contemplativas
- Salud, energía, vitalidad.
- Claridad mental, sabiduría- inteligencia, creatividad (Saber mucho no implica ser inteligente, la inteligencia no es solo información, sino también juicio para manejarla, esto tiene que ver con la HUMILDAD).
- Gozo, alegría, entusiasmo.
- Serenidad, ecuanimidad, Paz, equilibrio interior.
- Empatía, compasión y grandeza de corazón. La empatía no es lo mismo que la simpatía. Empatizar con alguien no implica para nada estar de acuerdo con lo que esa persona siente o con lo que hace.
Empatía es entender el mundo en el que está envuelto un ser Humano, la manera en la que percibe las cosas y como se siente ante dicha percepción. La empatía pide curiosidad, interés por conocer y humildad para escuchar. Para conseguir eso hace falta silenciar esa mente condicionada que nos pretende convencer con sus juicios y razonamientos de que solo existe un punto de vista que se ajusta a la realidad, y que dicho punto de vista es el nuestro.
Resumen final
Estas prácticas también ayudan a darnos cuenta de la importancia de algo que también dijo Jesús, “Estar en el mundo sin Ser del mundo” Juan 17 15-16