Aprobado el borrador de nuestros estatutos.

Nosotros, los Salvatorianos Laicos, en nuestro largo caminar de más de dos décadas para ser reconocidos oficialmente por las autoridades de la iglesia, hemos recibido buenas noticias desde las oficinas del Vaticano en Roma.

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida del Vaticano, ha aprobado el borrador de nuestros estatutos y otorga reconocimiento a la Comunidad del Divino Salvador como Asociación Privada Internacional de Fieles, salpicada de personalidad jurídica en derecho canónico.

Hemos llegado a este punto después de un largo viaje, o mejor dicho un viaje muy interesante, lleno de muchos altibajos, con tiempos sin saber cómo resultará este viaje, tiempos de rechazo y ser enviados de nuevo al principio, y tiempos de frustración y dudas. Pero también hubo momentos llenos de grandes alegrías, nuevo aliento y entusiasmo fresco, y el mejor momento nos ha llegado por fin, ahora. Nuestras muchas oraciones y pensamientos, llenos de confianza puestos en las manos amorosas de Dios, han dado fruto y nos han llevado a la meta.

Os traemos esta alegre noticia llena de humildad y gratitud. Nuestro agradecimiento muy especial va en primer lugar al Beato Francisco María de la Cruz Jordán y a la Beata María de los Apóstoles, nuestros líderes espirituales y visionarios que han intercedido por nosotros. Y luego, por supuesto, a todas las hermanas y hermanos, del Comité General, de los equipos de liderazgo en las unidades, y a todos los demás miembros de la Familia Salvatoriana, amigos y familias que nos han apoyado con sus pensamientos, ideas, visiones, oraciones y aliento. Sin todos sus esfuerzos, este momento no habría sido posible. ¡Muchas gracias y una reverencia a todos ustedes!

Somos conscientes de que este evento iniciará un proceso de aceptación dentro de su unidad. También somos conscientes de que algunos de ustedes habrían esperado un contenido diferente en el documento. Estad seguros de que nuestro mayor esfuerzo, llevado con mucha paciencia, nos ha guiado a este resultado. Fue una enorme curva de aprendizaje para todos los involucrados y requirió estructuras comunes para convertirse en una asociación reconocida internacionalmente.

Disfrutemos y estemos orgullosos de la «casa común» ICDS que ahora tenemos. Ahora depende de nosotros lo acogedor y amigable que hagamos el «interior y nuestras habitaciones». Llenemos esta casa, la Comunidad Internacional del Divino Salvador, de vida y alegría. Que el Espíritu Santo esté siempre presente en ella.

Tuyo muy verdaderamente,

La Mesa de la ICDS

LA ICDS RECIBE RECONOCIMIENTO DEL DICASTERIO